Hace tiempo que no escribo en este Libro de la Curación, asi que hoy voy a subirme a uno de mis habituales caballos de batalla: la condena de la homosexualidad por parte del cristianismo.
(A la izquierda, el magnífico San Sebastián, de Sodoma[el pintor, que no la ciudad]).
Y para empezar con el aperitivo, el Levítico.
Tres son, fundamentalmente, las referencias de la Biblia que se utilizan para afirmar que la práctica de la homosexualidad es contraria al plan divino según el cristianismo nos lo presenta. Dos de tales referencias aparecen en el Antiguo Testamento, y una en el Nuevo. Las del Antiguo Testamento son la del Génesis (la historia de los dos ángeles que bajan a Sodoma a prevenir a Lot de que abandone la ciudad) y la del Levítico; la del Nuevo Testamento es la de la carta de San Pablo a los Romanos.
Dejemos para otro día la del Genésis, bastante bien analizada, y veamos las referencia del Levítico.
Levítico 18:22
No te acostarás con varón como con mujer; es abominación.
Levítico 20:13
Si alguien se acuesta con varón, como se hace con mujer, ambos han cometido abominación: morirán sin remedio, su sangre caerá sobre ellos.
En principio, todo claro. Pero el Levítico es el libro de conducta y ética del Antiguo Testamento, y muchas de sus normas ya no son de rigor para el cristianismo. Por ejemplo:
19:27 No rapéis en redondo vuestra cabellera, ni cortes los bordes de tu barba.
Quien utiliza el Levítico para condenar la homosexualidad... ¿a qué espera para condenar a todos los peluqueros y barberos?
Avancemos en la luz, y busquemos siempre la verdad, hasta en las tinieblas.
domingo, mayo 21, 2006
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