Hace treinta años que nací en Madrid, y va para treinta y uno. Soy licenciado en Filología Inglesa por la Universidad Complutense, y me peleo con el Doctorado mientras trabajo dando clases a niños que no aprecian como deberían lo que tienen. Como Francis Bacon, he hecho de todo el conocimiento humano mi campo de interés, y siendo humano, creo que nada humano me es ajeno. Al contrario que muchos de mis colegas, no he dejado nunca de lado las ciencias, tanto aplicadas como exactas, y creo que no sólo soy capaz de entender cualquier discusión académica de nivel medio-bajo, fuera de mi especialidad, sino que también soy capaz de participar.
Me gustan la teología y la filosofía, así como la historia, aunque están fuera de mi campo profesional. Es por ello que he seguido con gran atención las conversaciones entre Athair, Tertulianus, Imperator y otros, aunque me ahorraré de hacer comentarios sobre ellas, pues creo que el momento de la discusión ha terminado, y que es hora de volvernos hacia otras cosas.
Sin embargo, si diré que me considero una persona religiosa. Más concretamente, soy Unitario. Creo que existe Lo Divino, y que Lo Divino ha proporcionado al hombre la razón y la fe, para que use de ambas para vivir con felicidad. Y aquí usaré una frase de San Agustín: "No es tarea de la fe decirnos como es el cielo, sino decirnos como debemos vivir para llegar a él".
Aquí, San Agustín juega con el doble sentido de la palabra 'cielo': cielo como firmamento, y cielo como el lugar en el que el dios cristiano reside, y con él las almas de los bienaventurados. Siempre me ha parecido una frase perfecta para iniciar una conversación sobre porque no hay, o no debería de haber, oposición entre ciencia y religión.
Y con ésto, por hoy, es suficiente.
domingo, junio 26, 2005
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1 comentario:
Saludos. Es un placer leer tu libro, y me reconfortará hacerlo numerosas veces en el futuro, estoy seguro. Mientras tanto, que la paz inunde tu casa.
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