Hoy quiero compartir algo que para mí es muy importante, y que yo llamo la metáfora de la lampara de bronce. Athair, con quien la compartí el otro día, la encontró muy hermosa e interesante, y es por éso que hoy quiero ofrecérosla aquí. La metáfora de la lámpara de bronce tiene que ver con mis creencias religiosas, así que nadie diga que no os he avisado. Aún sabiendo que piso terreno resbaladizo, allá va...
Creo en Lo Divino, como ya dije el domingo. Pienso (que no creo; cuando hablo de religión, siempre uso el verbo 'creer' con el sentido de 'saber algo con certeza de fe, no de razón) que Lo Divino es una llama, o un diamante, dentro de una lámpara de bronce. La lámpara está llena de pequeños agujeros, que dejan pasar la luz. En cada agujero hay un ser humano, que mira hacia la luz a través del agujero, y sólo a través de él.
Así, cada uno vemos Lo Divino a través de nuestro propio agujero, y creemos que es como lo vemos, sin pensar que puede que lo veamos sólo sea una parte, y no el todo.
La metáfora en sí misma termina aquí; luego tiene ramificaciones, claro, pero creo que la belleza de la historia se preserva mejor si es breve. Como dice Baltasar Gracián, lo bueno si breve, dos veces bueno, y lo malo, si breve, menos malo.
Hasta pronto, viajeros. Si estáis cansados y agobiados... venid al Libro de la Curación, a ver que podemos hacer por vosotros.
lunes, junio 27, 2005
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1 comentario:
Sí, es muy hermosa la metáfora, sigo pensandolo.
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