Como una escalera
dentro de una caracola;
más y más estrecha,
y sin salida
Cuando encontré a Al’ajaar por primera vez,
era una mujer, y sentí desprecio.
Luego vi que era un negro, mirándome desde lejos,
y sentí miedo. Se ha de temer al caníbal infantil,
que lleva el pecado visible en su piel.
No era negro, Al’ajaar era un judío;
sentí repugnancia, y negué que fuera humano.
No lo era, ¿no es verdad?
No, no, Al’ajaar era árabe, y pensé que era
ladrón y promiscuo, y cruel. Trata a su
esposa igual que yo a la mía,
pero en mi caso está bien, ¿no es verdad?
No tenía esposa, era homosexual.
Entonces quise matarle.
No eres como yo, no, no lo eres.
¿Cómo podrías serlo?
Finalmente, vi que era como yo,
Pero tan sólo por fuera, ¿no es verdad?
Al’ajaar tenía mi rostro, y le maté.
Habiendo matado a Al’ajaar, me fui a dormir.
Desperté en la oscuridad, asustado,
y pregunté: ¿Hay alguien ahí?
Y nadie respondió, pues no había nadie.
3 comentarios:
Mola. Pero he de darle más vueltas.
Hola, por fin vengo a verte. Perdón por la tardanza. ^^U Me ha gustado mucho el poema, y me ha recordado a esto: Primero vinieron a buscar a los comunistas, y yo no era comunista así que no hablé. Después vinieron por los socialistas y los gremialistas, pero no era lo uno ni lo otro así que no hablé. Después vinieron a por los judíos, pero yo no era judío así que no hablé. Y cuando vinieron a por mí ya no quedaba nadie que pudiera hablar por mí que hasta ahora creía que era de Bertolt Brecht, y buscando en el Google la cita exacta para ponértela aquí me he ido a enterar de que en realidad es una frase que pronunció un sacerdote protestante llamado Niemöller en respuesta a la pregunta de un estudiante acerca de por qué nadie enfrentó a los nazis.
Gracias por los comentarios, Imperator, Catalina.
Imperator: ¿Le has dado ya más vueltas?
Catalina: Esa cita era una de las inspiraciones del poema, pero yo iba un poco hacia otro lado... :)
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