¡Qué grande es Londres! Y con todo lo malo que tiene, ¡qué bueno es! Ya tengo ganas de ahorrar, coger una semana de vacaciones, e irme para allá otra vez.
En principio, tirón de orejas para mi compañía aérea (nombre oculto para proteger a los inocentes). Me dejó en Londres tres horas tarde, con lo cual mis planes de ver lugares turísticos (de llegar a las 11 pasé a llegar a las 14) quedaron en nada.
Así que... ¿qué he hecho este fin de semana en Londres? Patearme las calles del centro, aprender a viajar en metro, ver muchas estaciones de metro, sacar fotos de estaciones de metro... :)
Ver San Pablo desde fuera, el Monumento (al Incendio de 1666) desde la calle, el Puente de la Torre desde lejos, cruzar el Támesis por el Puente de Londres, hacer compras...
Nada más, y nada menos. La próxima vez, una semana, lo juro. Y no me marcho sin hacerle una foto a un Guardia Real y al moho de tiempos de Dickens que hay en la estación de London Bridge.
lunes, noviembre 26, 2007
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5 comentarios:
Me alegro muchísimo de que te haya gustado tanto, y aunque siento que te perdieras 3 horas de tu viaje, soy de la opinión de que las ciudades se conocen cuando las paseas, más que cuando solo cuando acudes a los museos y monumentos.
Y Londres es una de esas ciudades donde hay mil cosas que ver, y que nunca sacia, así que me atrevo a predecir que irás más veces. Y no sólo una semana :)
¿No te echaste una foto con un bobbie? Eso mola mucho más que un Guardia Real.
Tengo tantas ganas de volver...
Me alegra ver que disfrutaste del viaje, pese a todo. ¿Has comprado té y pastas? ;-)
Me gustó lo cosmopolita que es esa ciudad: tacones y turbantes, lo blanco y lo negro, el inmigrante y el ejecutivo... mezclas interesantes para los sentidos.
Qué tendrá Londres que engancha... :)
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