domingo, septiembre 28, 2008

Momentos sublimes: "Don Giovanni, a cenar teco..."

Como dice uno de mis grandes amigos, La Cólera de Dios, soy el mayor divulgador cultural de mi distrito. Chistes aparte, pero agradecido, voy a ofreceros hoy un breve comentario, personal, sobre una de las escenas musicales que más me gustan, e impresionan, a día de hoy.

"Don Giovanni, a cenar teco..."; la mayoría, asumo, ya sabréis de qué estoy hablando. De la escena penúltima de la opera de Mozart, en que el espectro del Comendador viene a ¿advertir? a Don Juan de que se arrepienta y, ante la negativa de éste, se lo lleva al infierno cuando muere. Para los que no conocen la ópera, decir que el Comendador, padre de Doña Anna (una de las mujeres a las que Don Juan persigue) es una de las víctimas del seductor, muerto a sus manos en la primera escena de la ópera.

Se ha hablado tanto, y tan bien, sobre "Don Giovanni" que casi me da cierta vergüenza decir nada, pero nunca se ha dicho nada bueno de los cobardes, así que vamos allá. Hay muchas versiones de esta escena en Youtube, así que he seleccionado una que me gusta particularmente... lo único malo es que los subtítulos son en inglés.



¿Qué, qué os ha parecido? Sublime, ¿verdad? Si algo me gusta particularmente de esta escena, y me fascina, es la representación que hace Mozart de la crueldad, supuestamente celestial, del Comendador. Intentando aterrar e intimidar a Don Juan, lo único que hace es alejarle cada vez más de la redención, siendo así inevitable que se precipite en el infierno. Por tanto, ¿que pensáis? ¿Pensáis que el Comendador viene de parte de Dios para salvar a Don Juan O de parte del demonio para enviarle al infierno? Yo, sinceramente, me quedo con la segunda opción, generalmente.

sábado, septiembre 20, 2008

Primera semana del curso del INEM

Bueno, pues tras la primera semana, ¿qué me parece el curso del INEM, llamado 'Herramientas informáticas para filólogos'? Pues que es aceptable; al menos la profesora es coherente, explica bien, y se toma el trabajo de que las clases sean, a la vez, agradables y productivas. Por lo demás, me he encontrado en el curso, por casualidad, con una antigua compañera de la facultad, y con un chulazo de armas tomar, así que en conjunto la semana ha sido bastante buena. Ya os iré contando más, que no he tenido mucho tiempo ni muchas ganas de ponerme a escribir.

jueves, septiembre 11, 2008

¡Que viva la burocracia!

Está visto que este Septiembre empieza raro; tras el problema con la instancia para solicitar puestos voluntarios, ahora llegan problemas con un curso del INEM que me han ofrecido por estar en paro. El curso, que dura unas 160 horas, se va a impartir de lunes a viernes de 4 a 9 de la tarde. Sé que es una paliza, pero mejor así que terminamos pronto, a finales de Octubre.
El caso es que ayer me presenté, junto con otras once personas, en la sede de la empresa que va a impartir el curso, y nos dijeron con mucha habilidad que, por un enigmático problema con los cables de los ordenadores, que al parecer no pueden estar revueltos, sino que tienen que estar alineados con regletas, la Comunidad de Madrid había dicho que el curso no puede empezar hasta el día 15.
Resultado: cuatro horas perdidas en ir y volver al centro, y en tragarme las explicaciones de la empresa, todo por culpa de... ¿quién?
En fin, podría ser mucho peor. En cuanto al recurso de súplica, mañana acaba el plazo de reclamaciones a las listas, así que supongo que las colgarán el lunes.

viernes, septiembre 05, 2008

Inexperiencia + lenguaje burocrático = desastre

Hoy me he puesto de mal humor, porque he leído las listas de aspirantes a interinidades que habían solicitado puestos voluntarios, y mi nombre no aparecía en ellas. He ido a la Consejería de Educación, y me han dicho que mi documentación (entregada y sellada correctamente) estaba fuera de plazo. Yo he dicho que había dos plazos, uno para los que estaban en la lista preferente, y otro para los que se habían incorporado a tal lista después de las Oposiciones. Sí, me han dicho, pero es que la nota informativa (porque la convocatoria es un libro cerrado) no dice 'para quienes estén en la lista preferente' sino 'para quienes reúnan los requisitos para estar en la lista preferente'.
Es decir... inexperiencia + lenguaje burocrático (al parecer, es igual estar en la lista preferente que reunir los requisitos para estar) = desastre. Por otra parte, es irrelevante que la lista de aspirantes a interinidad que reunían los requisitos para incorporarse a la lista preferente saliera en Julio.
No. Tenía que haber entregado la documentación en Abril, y no en Julio.

Resultado:
Tengo que hacer un impreso de reclamación (súplica más bien) al Director General de etc... etc... etc... solicitando que me admitan en listas de puestos volutnarios a pesar de mi error. Rezaré. Mucho.

Me he cogido un buen cabreo, por mi torpeza y por lo poco comunicativo que es el lenguaje burocrático, y he decidido subirme el ánimo comprándome dos libros que deberían estar en toda biblioteca.

El primero, una edición antológica de Anatomía de la Melancolía, de Robert Burton. Este libro es un clásico de la literatura inglesa, lleno de citas jugosas y reflexiones muy divertidas, y con bastante mala uva, sobre la famosa 'bilis negra'.
El segundo, la edición 20º aniversario de Gödel, Escher, Bach.
De este libro no digo nada salvo que es absolutamente recomendable; el artículo de la Wikipedia lo explica mucho mejor que lo que podría hacerlo yo.

lunes, septiembre 01, 2008

Los placeres del agua...

Para mi cumpleaños, Athair y Rapunzell me regalaron un masaje mixto y un baño en Medina Mayrit, aquí en Madrid, en plena calle Atocha. No voy a hablar de la tetería, ni del restaurante, ni del espectáculo, ni de si es más o menos orientalista. Voy a hablar del placer del agua.

Tras darte una ducha en el vestuario, nada más entrar a los baños (el hammam) te encuentras con la puerta del baño turco. Después, a mano derecha, la piscina de agua fría, y a la izquierda la piscina de agua caliente. En el pasillo hay una fuente de agua potable, pues siempre conviene, en el hammam, estar hidratado. Continúas avanzando, y a la izquierda tienes la piscina de agua templada, y a la derecha la sala de descanso, con una fuente de té, bastante bueno en mi opinión. Más a la derecha, unas escaleras y una sala de paso llevan a los cuartos donde se dan los masajes con guante de crin, para exfoliar la piel, y los masajes relajantes con aceite.

Es una auténtica maravilla; el ambiente es sensual sin ser obsceno, la luz es tenue, la música suave, lo bastante alta como para que no puedas evitar oírla, lo bastante baja para que no moleste. El personal es cortés y eficiente. El masaje de guante de crin me dejó nuevo, y el relajante me elevó. Bajé a las piscinas como en una nube, y salí a la calle con ganas de comerme el mundo.

Para rematar, el encargado de la recepción que me atendió no sólo es amable y te trata con corrección, también está de muy buen ver. Su compañera posee las mismas virtudes.

¿Recordáis cuando el herbolario le dice a Guillermo, en El Nombre de la Rosa, que lujuria y humedad son términos equivalentes? Pues eso. Bien lo debía saber el ladino monje... Esta lujuria del agua, si lujuria es, es inocente y buena para el alma y el cuerpo.

Lo dicho: si podéis permitiroslo (la relación calidad-precio es, a mi entender, notable sin ser excelente) id al hammam; si estáis estresados y agobiados, id a los baños árabes. Vale la pena.