jueves, marzo 30, 2006

Puesta al día (y van dos)

Bueno, pues ya llevo veinte días sin escribir nada, así que vamos con una entrada breve.

Mi proyecto romántico en la biblioteca se vino abajo porque el pez en cuestión dejó de trabajar allí al mismo tiempo que yo me decidí a trabar conversación, así que toca lanzar el sedal en otras aguas. Como tengo tan mala estrella para estas cosas, se me ha metido entre ceja y ceja otra persona a la que conozco de vista porque voy a menudo al restaurante en el que trabaja, así que no sé como me lo voy a montar.

Os iré poniendo al día. Por otra parte, estoy reflexionando sobre una próxima entrada sobre machismo y bisexualidad masculina (la creencia en que no existe, básicamente), y pronto la compartiré con vosotros.

Mientras tanto, sabed que siempre sois bienvenidos en el Libro de la Curación, y que espero vuestros comentarios.

jueves, marzo 09, 2006

Un poema.

Hoy toca un poema. Concretamente, uno de un servidor. Lo escribí hace años, pero que me sigue pareciendo lo bastante bueno y honesto como para que vea la luz en El Libro de la Curación.

¿No es verdad?

Como una escalera

dentro de una caracola;

más y más estrecha,

y sin salida

Cuando encontré a Al’ajaar por primera vez,

era una mujer, y sentí desprecio.

Luego vi que era un negro, mirándome desde lejos,

y sentí miedo. Se ha de temer al caníbal infantil,

que lleva el pecado visible en su piel.

No era negro, Al’ajaar era un judío;

sentí repugnancia, y negué que fuera humano.

No lo era, ¿no es verdad?

No, no, Al’ajaar era árabe, y pensé que era

ladrón y promiscuo, y cruel. Trata a su

esposa igual que yo a la mía,

pero en mi caso está bien, ¿no es verdad?

No tenía esposa, era homosexual.

Entonces quise matarle.

No eres como yo, no, no lo eres.

¿Cómo podrías serlo?

Finalmente, vi que era como yo,

Pero tan sólo por fuera, ¿no es verdad?

Al’ajaar tenía mi rostro, y le maté.

Habiendo matado a Al’ajaar, me fui a dormir.

Desperté en la oscuridad, asustado,

y pregunté: ¿Hay alguien ahí?

Y nadie respondió, pues no había nadie.

¿No es verdad?